This is the first in a series of real stories about addiction and recovery that are near and dear to us at Huther Doyle:
Mi historia se remonta cuando tenía 6 años. Comencé a beber alcohol a escondidas de mis hermanas y de mis hermanos en sus fiestas. Eso me llevó a fumar cigarrillos cuando estaba en segundo grado. Corté todo cuando era un adolescente y luego retome el vicio de fumar marihuana en mi adolescencia cuando yo tenía alrededor de 18 años. Comencé a beber de nuevo cuando cumplí los 21 eso continuó progresando hasta que yo tenía 27 años donde también fui arrestado por vender drogas.
Cuando salí de la cárcel me volví un alcohólico, no me importaba nada. Mi madre murió en el 2013 y eso fue lo que me empezó a desacelerar mi vida. Con tiempo una imagen de mi Madre me vino a mí diciéndome que tenía que parar o voy a ser el próximo allí con ella y yo no estaría con mis hijos. No tenía esperanzas después de que ella falleció.
Al tiempo encontré a Dios a través de mis amigos quienes eran mi apoyo en mi sobriedad y visitaban la iglesia. Me llevaron a la iglesia y ahí fue cuando dejé de hacer cosas negativas, comenzando a hacer cosas positivas por mí, mis hijos y mis nietos.
Ahora sólo animo a la gente a hacer lo que deben hacer, para mantenerse en buen camino y no el camino de las drogas. Muchas veces con nuestras vidas jugamos a la ruleta rusa y necesitamos estar en el camino correcto. Nadie quiere ser esclavo de las drogas ni del alcohol.
Lo que me llevó a Huther Doyle fue DSS (Departamento De Servicios Sociales) pero además de ellos vine aquí voluntariamente por mi cuenta de antemano. Entrando y saliendo de estas puertas, me di cuenta de que era el momento de dejarlo y empezar a estar sobrio. Huther Doyle me ayudó a saber que no es bueno cortar esquinas porque cuando cortas las esquinas, estás cortando esquinas en tu vida y tu sobriedad. Cuando comencé grupo al principio no me lo tomaba en serio y estaba jugando a la ruleta rusa todavía con el alcohol. Yo estaba tratando de no ser atrapado por medio de las muestra de orinas, pero siempre el alcohol estaba en mi sistema. Eso me llevó a internarme en Conifer Park un sitio de rehabilitación interno. Yo nunca había estado en ese escenario, eso es lo que realmente me impulso. Durante ese tiempo internado le rogué a Dios que me quitara todo el veneno. Luego volví a Huther Doyle y me ofrecieron la esperanza de continuar con mi sobriedad, ahora tengo una vida sana y estoy sobrio. Mi hija me ama más, porque no me ve fumando marihuana, no se huele el alcohol o cigarrillos en mi aliento.
Ahora con tiempo quiero demostrarles a mis hijos que su padre no tiene que hacer drogas o beber ni fumar cigarrillos, quiero que aprendan de mí y me vean como un héroe. Quiero que sepan que eso no es para mí.
Paricipar en consejería grupal me hizo bien, me mostró que no era el único en esa situación. Fui capaz de escuchar a otros pasando por cosas similares y lo que estaban haciendo por matenerce sobrio. Huther Doyle me ayudó a ver que no estoy solo y me ofreció el apoyo que necesitaba. He estado limpio desde noviembre de 2017.
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